Pasar y sentarse

Antonio Díaz Miguel fue seleccionador nacional de baloncesto durante 27 años. Falleció el 21 de febrero de 2000. Además de ser un genio como entrenador y un avanzado a su época, era una persona muy alegre y de gran humor como demuestra este artículo que publicó en la revista Nuevo basket un día de los Inocentes.


Artículo publicado en la revista NUEVO BASKET, el 28 de Diciembre de 1.980

Esta semana nuestras páginas se visten con sus mejores galas para servir de marco a un genial artículo del seleccionador nacional Antonio Díaz Miguel. Sirvan estas líneas para expresar nuestro más cordial agradecimiento hacia su persona.


"PASAR Y SENTARSE"

Uno de los aspectos más descuidados dentro de la técnica individual es el nulo trabajo que realizan la mayoría de entrenadores con el banquillo. Como es natural, los "huéspedes de la madera" -como bien dice mi amigo Lou Carnasseca- no progresan y dan una imagen muy pobre del equipo. Es objetivo de mi disertación el conseguir que los entrenadores españoles tengan una modesta orientación de cómo tratar a sus banquilleros.

Fundamentos básicos
La posición fundamental del jugador en el banquillo no debe variar sustancialmente tenga nuestro equipo posesión de balón o no: brazos doblados 45 grados, puños semicerrados, la espalda recta -muy importante- y sin que se apoye en ningún respaldo. Los pies jamás deberán cruzarse y buscaremos con afán que mantengan una separación aproximadamente igual a la anchura de los hombros del jugador. Solamente variaremos la voz; en ataque -es una opinión personal- no me gusta que mis jugadores griten demasiado mientras que en defensa, todo el banquillo debe ser un clamor. Hay que motivar al defensor del balón, avisar los bloqueados y puertas atrás. Contra zona, atención a los cortes y siempre, rugir ¡tiro! a cada lanzamiento del rival. Tampoco olvidaremos ayudar con nuestra voz al rebote defensivo. En los equipos universitarios americanos cada integrante del banco está encargado de "ayudar" a un jugador determinado de los que están en pista.
Cuando hemos conseguido que nuestros jugadores cuenten con los fundamentos mínimos anteriormente explicados, podremos introducir un sistema de juego que en la Selección me ha dado muy buenos resultados: el "pasar y sentarse". Entre sus principales virtudes puedo señalar el constante movimiento de los hombres del banco y que hay buenas oportunidades de calentar el banquillo para todos.

Pasar y sentarse
El pasar y sentarse da muy buenos resultados con jugadores de mal carácter. Por ejemplo, estoy muy orgulloso del rendimiento que le saqué a Santillana en la última Olimpiada.
Movimiento: los jugadores deben estar constantemente moviéndose intercambiando sus posiciones entre la zona de "banco alto" (la más cercana al entrenador) y "banco bajo" (la más lejana). También serán muy recomendables los cortes sin chándal sobre el ayudante o, en su defecto, el delegado.
Voz: Los jugadores, ya lo hemos señalado antes, tienen libertad para gritar lo que crean más conveniente en defensa.
Bloqueos: Los jugadores del banquillo deben estar bloqueando a cualquier compañero que esté en condiciones de saltar a la pista. El bloqueo debe de ser bueno.
Jugador sin chándal: debe intentar colocarse lo más cerca posible de su entrenador, en caso de saltar a la pista y lo más alejado posible en caso de regresar al banco, pues con su sudor molesta al resto de la plantilla.
Reserva vitalicio: si tenemos en el banco un jugador de estas características, podemos hacer buen uso de él si le hacemos transportar el agua y secar con toallas, que previamente habremos dispuesto, el sudor de sus compañeros en los tiempos muertos.

El buen banquillero se hace en los entrenamientos

Iniciación al banquillazo libre controlado
No hay reglas para determinar en qué momento sentamos al jugador y cada uno puede hacerlo como quiera. Podemos, sin embargo, dar las siguientes normas de tipo general.
1. No estar sin chándal más de tres minutos; al cuarto me lo pongo, mirando siempre hacia el entrenador.
2. Acercarse como mínimo un metro para insinuar un posible cambio, y conservando el triángulo lúteos-banquillo-entrenador.
3. Señalar siempre con la mejor intención los defectos del compañero que está en pista, con ánimo constructivo y sonriendo al entrenador. Es aconsejable buscar los defectos de quienes ocupan nuestro puesto específico (base critica a base, etcétera).
4. Si hay un hombre más lejos del entrenador que tú, ve y bloquealo. Si no hay nadie, vete y vuelve.
5. Nunca sentarse más atrás del hombre al que acaban de sustituir.

Galcerán cortándose sobre el ayudante

Ejercicios
1. Dos contra dos, medio banco.
2. Uno contra uno todo banco.
3. Tres contra tres, con banquillo (mi tradición).
4. Cuatro contra cuatro. Cada cinco pases, se debe conseguir una sustitución. Los atacantes deben conservar la posesión del banquillo un mínimo de treinta segundos.

Situaciones Especiales
El "pasar y sentarse" contempla también una serie de situaciones especiales que vamos a especificar.
Jugada de tres puntos (canasta y falta)
1. Si atacamos: salto hacia arriba con buen "timing" entre la acción y el pitido arbitral. Un brazo hacia arriba con el puño cerrado y rugido salvaje. Ligero acercamiento a la línea de banda. En caso de que el árbitro señale falta de ataque, cuidaremos de reclamar la validez de la canasta, haciendo oscilar de arriba a abajo los dedos pulgar e índice y no protestemos la falta.
2. Si defendemos: Patada al banco y mirada al entrenador. En caso de que el árbitro dude, reclamaremos falta de ataque golpeando el puño contra la palma de la otra mano, e incluso, reclamaremos la invalidez de los dos puntos oscilando de izquierda a derecha la palma de la mano, que debe apuntar hacia el suelo.

Tiempo muerto
Acudir siempre al tiempo muerto. Palmear los glúteos de los compañeros y ganar una buena posición dentro del corro bloqueando y situándose lo más cerca posible del entrenador. Buena extensión de brazo a la hora de juntar las manos tras agotar el minuto.

Héctor se queda en el bloqueo. Estrada ganó la posición

Sustitución
Es el momento más importante del juego. Debemos adivinar la intención del entrenador. El jugador debe realizar una torsión de tronco hacia el lado del "coach", inclinarse unos 45 grados, sonreír y desabrocharse los primeros botones del chándal con gesto enérgico. Si lleva cremallera, fuerte tirón. Es muy importante ganar la posición.
Esto es, a grandes rasgos, el "pasar y sentarse". El equipo que llega a dominarlo, no tendrá rival y ganara imagen de campeón. Llegar a ser un buen banquillero es cuestión de orgullo y dedicación. Inculquémosla a nuestros jugadores.